VIVE TU EXPERIENCIA YOGA!

¡VIVE TU EXPERIENCIA YOGA! Te invitamos a experimentar el yoga, es una fabulosa disciplina, sistema, y método integral y holístico, que transforma cuerpo, mente y consciencia, desarrollando tu máximo potencial. Podemos definir al yoga como "sarvāṅga sādhana", una práctica para todo el cuerpo basada en técnicas psicofísicas. También es "antaraṅga sādhana", una práctica interna, para trascender la mente por medio de la concentración y la meditación. El yoga nos lleva así a la salud del cuerpo, la serenidad de la mente, la paz del espíritu y la plenitud de la vida.

UNA INTRODUCCIÓN AL CONCEPTO DE SAMADHI por Maximiliano A. Pellotta

En las tradiciones del yoga, se presenta el samādhi como la meta y el fin último de todas las prácticas. Es la consumación del esfuerzo meditativo y las diversas disciplinas, y es, sobre todo, la disolución definitiva de la dualidad sujeto-objeto, el conocedor y lo conocido, el observador y lo observado. Vamos a analizar lo que esto implica según las fuentes del yoga, sāmkhya y vedānta.

Definición y tipos de samādhi

Según su etimología, samādhi denota reintegración, concentración unidireccional, absorción meditativa profunda, unión, contemplación, éxtasis, arrobamiento. Es descrito como un estado de presencia pura, de quietud total de la mente (citta). En la fuentes textuales encontramos las siguientes distinciones:

  • samādhi preparatorio o inferior: es un estado en el que la absorción es alcanzada sobre un objeto particular y la conciencia permanece modificada por contenido (savikalpa, sabīja).
  • samādhi consumado o superior: absorción en la que la diferenciación sujeto‑objeto desaparece y la conciencia se establece en su propia naturaleza (nirvikalpa, nirbīja).
  •  vinculado a prácticas: samādhi alcanzado por meditación sostenida (dhyāna), por control de la energía (prānāyāma), por devoción (bhakti) o por conocimiento discriminativo (jñana).

La distinción entre estas categorías es a menudo sutil, algunas veces se presenta como una progresión que va desde la concentración unidireccional (dhārana) hacia la meditación sostenida (dhyāna), culminando en samādhi (absorción), e incluye una transformación cualitativa de la psicología del sujeto, su campo mental y cognitivo.

El samādhi en el yoga

Patañjali, en sus Yogasūtras, ubica a samādhi como la culminación del sistema aṣṭāgayoga. Al comenzar sus aforismos ya se plantea el objetivo: cittavttinirodha, la cesación de las fluctuaciones o movimientos mentales, y samyāma, los últimos miembros (dhārana-dhyāna-samādhi) describen el método técnico hacia la cesación. Patañjali hace la distinción de varios estadios, distinguiendo samādhi con semilla o sin semilla, esto se da en función de la persistencia o no de impresiones residuales en la mente y del vínculo con objetos o semilla karmico-psicológica; finalmente define samādhi como el estado en que la mente se establece en un objeto hasta que toda dualidad se disuelve y solo queda conciencia pura, el ser se establece en su naturaleza.

Las implicancias prácticas en los Yogasūtras son claras: la ética y las disciplinas preliminares (yama, niyama, āsana, prānāyāma, pratyāhāra) preparan el complejo cuerpo-mente para la atención unidireccional que permite samyāma: dhārana, dhyāna y finalmente samādhi. Patañjali, por tanto, no concibe el samādhi como un suceso único aislado sino como la consumación de un proceso metódico y moralmente condicionado.

 

arte de A. Manivelu

khya, la metafísica del yoga

En el contexto del khya, la liberación (kaivalya) se explica como el reconocimiento discriminativo entre purua (el sí-mismo) y prakti (la naturaleza material). El estado equivalente a samādhi, cuando se analiza desde el khya, es la realización de la separación categórica del purua, no es una fusión, sino un discernimiento en el que la conciencia o purua queda libre de las aflicciones de prakti. Desde esta visión, samādhi implica una experiencia liberadora que es conocimiento directo y no meramente un éxtasis afectivo. La soteriología khya sostiene que la práctica, incluyendo tapas (austeridad y displina), viveka (discernimiento) y otras condiciones, conducen a la claridad discriminativa que el yogī sabrá como samādhi y liberación.

El samādhi en el vedānta

En las Upaniads, la consumación de la búsqueda espiritual se describe como la realización de la identidad íntima entre ātman y brahman, entre el sí-mismo y lo Absoluto o Consciencia Suprema; según el vedānta advaita la experiencia del samādhi es de carácter absoluto, en el cual “todo es Uno” o “Consciencia (brahman)”, y la vivencia es conocimiento perfecto, completo y eterno. Las Upaniads, por tanto, colocan al samādhi en la cima de una travesía metafísica que identifica a quien experimenta con la realidad última.

En la Bhagavad‑Gītā se integran caminos: karma yoga, bhakti yoga y jñāna yoga, y presenta al samādhi como resultado del desapego, la acción consciente y la entrega devocional. En la Gītā, el samādhi es tanto un estado de ecuanimidad en la acción, como una absorción meditativa; la conciencia que actúa sin apego llega a la visión que trasciende la polaridad actor‑acto, sugiriendo que el estado hacia la liberación puede ser simultáneamente activo y contemplativo.

Condiciones para el samādhi

Las tradiciones coinciden en que samādhi no es producto de un accidente: requiere disciplina, soporte ético y acción consciente que vincule armónicamente lo interno con lo externo:

  • Preparación ética y social: yama y niyama regulan la conducta y reducen desarmonías que obstaculizan la calma y la quietud.
  • Cuerpo y aliento: un āsana estable y prānāyāma sostienen la concentración y previenen aflicciones físicas y energéticas que fragmentan la mente.
  • Retiro sensorial (pratyāhāra) y atención unidireccional (dhārana): el retiro de estímulos externos permite que la atención se vuelva hacia el interior.
  • dhārana y dhyāna: técnicas de concentración y meditación que cultivan continuidad en la absorción de la conciencia.
  • Factor devocional o discriminativo: en algunos linajes la entrega (bhakti) facilita el colapso de la barrera sujeto‑objeto; en otros la discriminación (viveka) lo hace posible.

Prácticamente, la transición del samādhi con objeto a sin objeto exige que el practicante sostenga la conciencia sin apoyos externos o internos, y sin identificarse con el contenido de la mente, un proceso que suele implicar purificación kármica y estabilización neuropsicológica, de ahí el sentido de las técnicas y prácticas preparatorias, así como de las normas regulativas.

Implicancias del samādhi

  • Filosóficas y espirituales: samādhi pone a prueba modelos de conciencia: si la experiencia en samādhi revela un sujeto sin objeto, los sistemas deben explicar la otredad de esa experiencia. En el khya la solución es discriminativa; en vedānta advaita y algunas corrientes tántricas la solución es no‑dual.
  • Ética: considerar samādhi como meta influye en prioridades comunitarias: pone en valor la disciplina personal, la renuncia parcial a ciertas metas mundanas y una ética que establece las bases del estado final.
  • Psicología de transformación: samādhi implica una reconfiguración y transformación de la identidad, de las redes atencionales y afectivas; su logro produce cambios en la percepción, las motivaciones y el bienestar.
  • Social: la búsqueda del samādhi ha generado tanto comunidades monásticas y de renunciantes, como movimientos de acción social inspirados por principios altruistas y éticos surgidos de la práctica contemplativa.

Consideraciones

  • Riesgo disociativo: la práctica intensa sin una guía competente (guru o maestro), y un soporte ético, puede inducir estados disociativos; la literatura contemporánea y tradicional advierte sobre el particular.
  • Reduccionismo clínico: interpretar samādhi con criterios neurocientíficos sin respetar su dimensión ética y metafísica, reduce su sentido y puede conducir a instrumentalización terapéutica.
  • Pluralidad interpretativa: las diferentes escuelas (yoga, sākhya, vedānta, tantra, bhakti) producen definiciones no siempre conciliables; reconocer pluralidad evita lecturas dogmáticas.

En conclusión

Samādhi funciona como eje regulador en las tradiciones del yoga: ordena y orienta la práctica, da legitimidad a las disciplinas éticas y filosóficas, y ofrece un conocimiento transformador que cambia la condición humana. La comparación entre yoga y khya muestra dos énfasis complementarios: estabilización mental metódica y discernimiento de lo que es real respectivamente; la Gītā y las Upaniads amplían el panorama integrando acción, devoción y la experiencia de unidad. Cualquier estudio serio sobre el samādhi exige una mirada holística que implique lo técnico, lo moral y la metafísica, así como cautela frente a su apropiación fuera de su marco original.

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