COMETARIO 1 - Bajo ningún concepto podemos confundir yoga con entrenamiento físico o simple gimnasia, o como ejercicios que modelan la figura, o como un entretenimiento, terapia para el bienestar o escapismo de nuestras frustraciones. La pregunta es: ¿Por qué decidimos iniciarnos en yoga? Y la única respuesta posible es: porque nuestro corazón y espíritu claman sedientos de Verdad, Consciencia, Felicidad, Trascendencia e Infinitud. Porque buscamos entender el propósito de la existencia y hallar el sentido de la vida, y el yoga tiene esas respuestas. Debemos entender la finalidad real del yoga, y entregarnos a su proceso revelador y transformador. Al iniciarnos en sus métodos y prácticas, es cierto que no todo será un lecho de rosas, también estarán las espinas, habrá momentos buenos y otros no tanto, pero no debemos huir a la primera señal de que en nuestro interior se está gestando un movimiento de apertura, purificación y liberación. Debemos mantenernos firmes, fuertes y decididos, para limpiar cada capa de nuestro Ser y abrirnos a la Verdad y la Realidad. No vinimos al mundo para vivir como animales o zombis que gastan sus días solo en la complacencia de los sentidos y narcisistas vanidades. No estamos acá solo para trabajar, consumir, ser "exitosos" o acumular cosas que no necesitamos, o títulos inservibles; la vida es mucho más rica y profunda. Lo único que llenará tu vacío interior es el Ser, no el tener... el yoga es maravilloso, nos colma de felicidad, armonía, bienestar, sabiduría, bienaventuranza y realización. El yoga es el jarabe tónico perfecto para los tiempos que corren.
Pero cuidado, también el yoga ha sido tergiversado en ciertos ámbitos y sectores, y ha sido víctima de las modas, del consumo trivial y frívolo, y de las deformaciones más absurdas "creadas" y patentadas por personalidades narcisistas, megalómanas, con falsos egos exaltados y mal situadas en todos los aspectos de la vida, y del yoga sobre todo.
Debemos volver a la esencia, a las fuentes, a las raíces, y recuperar el verdadero yoga y su finalidad, el yoga de los YOGIS, no el "yoga" de los contorsionistas de las redes sociales, el "yoga" de los deportistas de campeonatos de posturas, el "yoga" del merchandising, el "yoga" de los "maestros" de circo, el "yoga" de los teóricos del absurdo y en fin, hay un largo etcétera lamentablemente. Volvamos al YOGA, busquemos la YOGA.
por Maximiliano A. Pellotta
COMENTARIO 2 - Popularmente, se tiene la errada idea de que la práctica de yoga consiste en hacer posturas físicas exóticas, acrobacias varias y contorsionismos, y por más que en los tiempos actuales existe mucha y variada información sobre esta disciplina, increíblemente sigue primando este concepto e idea: que el yoga es un estilo de gimnasia para gente flexible, joven y atlética. Claro está, y claro es, que esto es lo más alejado a la realidad de lo que el yoga es, y de lo que implica el yoga, pero esta es la imagen que se difunde y vende en el mercado y en el mundo de las redes sociales. ¿Pero el yoga sólo consiste en realizar algunos ejercicios físicos y posiciones posturales, o implica algo mucho más rico y profundo, y que nada tiene que ver con el estado físico y la edad de quien lo practica?... Vamos a ahondar un poco en ello.
El yoga, en principio, no es āsana. No se trata sólo de āsana. Los āsana-s son una tecnología utilizada con un propósito específico dentro de esta disciplina, junto con otras muchas técnicas asociadas que hacen al conjunto de lo que llamamos yoga. La práctica de este aspecto del yoga implica una serie de posturas y ejercicios cuya única finalidad es la purificación del cuerpo, y consecuentemente de la mente, y el trabajo con las energías sutiles. La práctica de yoga es psicofísica. Los āsana-s nunca tuvieron como objetivo, ni tampoco fueron concebidos, como entrenamiento físico, gimnástico, acrobático, como tampoco terapia para el bienestar, recreación, deporte, competición o actividad lúdica.
Los yogāsana-s, y sus técnicas asociadas como bandha, mudrā, kriyā, tienen por objeto, como ya se dijo, el trabajo sobre las energías, los órganos y sistemas del cuerpo, para así preparar el complejo cuerpo-mente para las prácticas internas y sutiles: dhārana, dhyāna, kuṇḍalinī, samādhi. Fueron concebidos para trascender el aspecto burdo, físico y mental, y acceder al plano sutil del Ser y la Consciencia.
En el yoga, a diferencia de la gimnasia, la práctica implica la consciencia, la atención, la concentración, el control del cuerpo y la respiración, el no esfuerzo o el esfuerzo sin esfuerzo, la relajación y la quietud, y también el movimiento consciente. La fuerza, flexibilidad, elongación, estilización, buena salud, etc., no es el objetivo, pero sí es un subproducto de la práctica. Lo que se quiere decir aquí con esto, es que, por medio de la purificación, control y conquista del cuerpo y la respiración, se accede al control, la quietud y la pacificación de la mente y el plano emocional. Entonces, llegados a este punto, es donde comienza el verdadero yoga, la verdadera práctica del yoga.
El objetivo del yoga es psíquico y espiritual, no físico. Se ocupa en principio de la mente para luego tener acceso al plano espiritual y de la consciencia. Maharishi Patañjali dice en los Yogasūtras: "yogaś cittavṛttinirodhaḥ", significa que el yoga comienza por aquietar las fluctuaciones de la mente. Sumergiendo la mente en el silencio tomamos contacto con la dimensión profunda del Ser. El yoga nos da las herramientas para salir de la modalidad de la ignorancia, el error y la oscuridad (ira, codicia, miedo, egoísmo, lujuria... etc) y nos coloca en la modalidad de la Consciencia (amor, verdad, conocimiento, felicidad). La Bhagavad-gītā dice: "yoga es equilibrio". Para lograr este equilibrio o armonía, el yoga comienza con āsana y pāṇāyāma junto con la adopción de yamaniyama, que son las observancias y regulaciones que pondrán nuestras actividades, relaciones y entorno en armonía, para así continuar avanzando y profundizando en el sendero del yoga.
Recapitulando, los āsana-s y pāṇāyāma-s purifican cuerpo y mente, eliminan los bloqueos del cuerpo y las tinieblas de la mente para que prāna, la energía sutil y vital, fluya sin obstáculos y se alcance el estado de consciencia expandida. Estando en equilibrio, armonía y salud, en cuerpo y mente, podemos comenzar la verdadera práctica: antaranga sādhana, la práctica interna. Ahí comienza el yoga, el vínculo del Ser Real (espiritual) con el plano trascendental. No hay ningún esoterismo en esto, la clave está en que realices yoga desde la respiración (prāna) y no desde los músculos y articulaciones, desde la calma y la relajación, y no desde la fuerza y la tensión, desde la conciencia y no desde la mente y el ego. Lograr el siddhi, o perfección en asana, es conquistar una postura estable y cómoda, que pueda mantenerse por largo tiempo, sin perturbaciones, y poder así trascender el cuerpo, luego la mente, y acceder entonces a la meditación y los profundos estados de interiorización y absorción que conducen a samādhi, la meta del yoga.
Āsanas entonces, es sólo una de las técnicas básicas para avanzar en el yoga, y no es la meta, ni el objetivo, complejizar su práctica ni estancarse en ello. El āsana es apenas el principio...
por Maximiliano A. Pellotta
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